Los desafíos de nuestro tiempo
Artículo
Por: Pbro Vidal A. Cervantes Chan
Parroquia de San José del Mar
Estamos asistiendo a una gran transformación de toda nuestra patria latinoamericana. Los sueños bolivarianos de la unidad de todos los países latinoamericanos no están lejos de dejar de ser una mera utopía, sin embargo también entraña una verdadera amenaza a la estabilidad y a la convivencia de los países hermanos que constituimos esta franja de tierra que se nos ha heredado. Los sueños, aparentemente, locos de Hugo Chávez de hacer un bloque hegemónico latinoamericano, sin importar sus intenciones ocultas, pueden ser realidad. Esta idea no es nueva otros lo han intentado, pero los factores humanos llenos de ambiciones y deseos de riqueza y de poder en los ámbitos: Político, cultural, económico, incluso religioso han impedido que esta idea fructifique
El gran Libertador de América como le llaman al ue fuera gran estratega y soñador, Simón Bolívar, deseaba unir a todas las antiguas colonias españolas en una confederación sudamericana, sin embargo sus éxitos políticos no fueron suficientes para afianzar y articular esta gran idea, mas debido a las ambiciones del poder; sus tendencias a ejercer el poder de forma dictatorial lo enfrentaron a otros líderes que deseaban otra forma de gobierno y el gran proyecto de una Hispanoamérica unida no se pudo concretar, pero hasta el día de hoy hay quienes piensan en esa posibilidad.
América Latina está viviendo el mejor momento de su historia, grandes líderes, grandes ideas, grandes esperanzas. El deseo de un cambio radical: socio- económico, socio-político, socio-religioso y demás, nos están empujando, y como dijera Pedro Casaldáliga, “todos los corazones sanos lo quieren y lo desean pero es necesario irnos comprometiendo entro todos y todas para hacer de este deseo utópico una creciente realidad, la cual no surgirá un día como una flor sin suelo de lucha, ni un milagro que caerá del cielo sin los esfuerzos de la tierra, todas las manos , todas las voces deberán sumarse en esta aventura”.
La Iglesia Cristiana Católica tomando conciencia de esta realidad en la V conferencia del Episcopado Latinoamericano celebrada en la ciudad de Aparecida, Brasil, en mayo de 2007, se llegó a la conclusión de que América latina y el Caribe tiene que declararse en un estado de misión permanente y ha convocado a todos los bautizados a impulsar una gran misión continental, misión que se ha realizado por muchos años, pero hoy mas que nunca se hace necesario reorientar las actividades de la iglesia hacia un estado permanente de misión, reorientación de las estructuras eclesiales, pasar de una Iglesia de mantenimiento a una Iglesia misionera, de una Iglesia clientelar a una Iglesia deservicio y atrevimiento. Esta misión no sería de proselitismo sino como tarea de todo bautizado.
Sin embargo un proyecto tan complejo tiene ue iniciar con un convencimiento de ue las estructuras actuales de gobierno, de conducción de todas las religiones respondan a su vocación de portadoras de nuevos horizontes donde la convivencia fraterna es posible, pero es necesario un verdadero cambio no solo de estructuras, de planes y estrategias sino también de mente y corazón. Creando espacios ue preparen esta fraternidad alter- mundial, en una praxis globalizante ue vaya a la totalidad, viviendo cada quien en su propia trinchera esta cultura universalista y local al mismo tiempo.
Cada comunidad, cada parroquia, cada diócesis deberá declararse en estado de misión permanente. Dándole la atención adecuada, sobre todo a las comunidades más pobres y marginadas, sin exclusiones de ningún orden: ni económico, ni geográfico, ni de lengua. Para ue se vaya realizando el buen deseo de la plegaría de la misión continental: “Quédate, Señor, con aquellos a quienes en nuestras sociedades se les niega justicia y libertad; quédate con los pobres y humildes, con los ancianos y enfermos. Así nuestros pueblos tendrán un motivo para seguir esperando.
Comentarios, escriban a: vac29@hotmail.com