jueves, 11 de agosto de 2011

MENSAJE INAUGURAL DEL II ENCUENTRO JUVENIL PROVINCIAL



MENSAJE DE MONSEÑOR PEDRO PABLO ELIZONDO CÁRDENAS, OBISPO PRELADO DE CANCÚN-CHETUMAL CON MOTIVO DEL II ENCUENTRO JUVENIL PROVINCIAL

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Bienvenidos jóvenes de Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo. Saludo con mucho afecto y gratitud a todos los miembros del presídium que han querido acompañarnos. Al Ingeniero Mario Castro Basto, Secretario de Infraestructura y Transporte como representante del Gobernador Roberto Borge, saludo con mucho cariño a Monseñor Jorge Bernal Vargas que ha venido desde Chetumal para estar aquí con todos nosotros, a la Licenciada Alicia Ricalde Magaña presidenta del DIF de Benito Juárez, al padre Cristian Uicab Coordinador de la Pastoral Juvenil de Yucatán, a Yolanda Garmendia Diputada Local, a Oscar Nicastro Vicepresidente del Club Atlante, a la Licenciada Marta Rodríguez Secretaria del consejo empresarial.


Saludo con mucho cariño y afecto a todos los jóvenes de Campeche, gracias por haber venido hasta acá, jóvenes de tabasco. Saludo con mucho cariño y admiración a todos los jóvenes de Yucatán y saludo con mucho cariño y afecto a todos los jóvenes de Quintana Roo.



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Queridos jóvenes en este momento histórico de la humanidad nos ha tocado vivir el amanecer de un mundo nuevo, asistimos al colapso de los paradigmas culturales de la vieja época que fenece y observamos el surgir de nuevos paradigmas morales y culturales de una nueva época que amanece. Hay muchos hombres y mujeres confundidos, desconcertados e inquietos, pero con la búsqueda de la luz con mil preguntas existenciales en la cabeza esperando que alguien les ayude a iluminar el camino.  Intuyen la falsedad de las opiniones que pululan por los medios, pero no están seguros, no han llegado a la certeza de la verdad; intuyen la falsedad de ciertas conductas pero se dejan arrastrar por la corriente de la moda, alguien tiene que echarles la mano, alguien tiene que ayudarles a encontrar el camino, la verdad y la vida.

En este momento crucial de la historia de la humanidad, la iglesia enfrenta el gran reto de transmitir la fe a las futuras generaciones favoreciendo el encuentro personal con Jesucristo vivo. El gran reto de la Iglesia católica es la nueva evangelización para restablecer en el mundo la civilización del amor y la nueva cultura de la paz.  El gran reto de la Iglesia católica es evangelizar a los jóvenes para que ellos mismos evangelicen a otros jóvenes.

Queridos jóvenes en este momento de la historia de la Iglesia católica hay que plantearnos grandes retos para cada uno de ustedes, la Iglesia tiene grandes retos, pero también grandes recursos: los jóvenes, cada uno de ustedes. Los jóvenes son generosos, soñadores, inquietos, sinceros, libres, abiertos; andan buscando el sentido pleno de la vida, anhelan algo nuevo, sueñan con grandes ideales, proyectan grandes empresas, se lanzan a grandes hazañas; los jóvenes desprecian lo vil y mezquino, son enemigos de la mediocridad, aman la aventura, abrazan lo noble y elevado. En ellos se posa la mirada amorosa de Jesucristo que anhela su generosidad sin límites y que responde a los anhelos más profundos de su corazón, ellos mejor que nadie están dispuestos a escuchar la llamada a algo grande, algo maravilloso, algo difícil pero apasionante como es la aventura de participar en una misión que salva vidas, que cambia corazones, que ilumina las mentes y llena las almas de verdadero sentido de paz y de esperanza. 

Los jóvenes traen la generosidad en sus venas y la alegría en su corazón y cuando se dejan alcanzar por Cristo se convierten enseguida en audaces misioneros y creíbles testigos de su amor.  Los jóvenes traen en su alma el empuje que la iglesia necesita en este momento para llevar adelante la misión encomendada.

A Cristo le faltan brazos, a Cristo le faltan pies, le falta corazones, le falta jóvenes generosos que quieran convertirse en mensajeros de su amor y de su paz. Ustedes son esos brazos, esos pies, esos corazones, que Cristo necesita en este momento crucial de la historia; solo hace falta encontrarse con Cristo y dejarse cautivar por él.  No un encuentro callejero superficial y fugas, sino el encuentro de conocerlo a él, dejarse cautivar y conquistar por él, de habitar con él, de escucharle, de seguirle, de enamorarse de él, en el encuentro que cambia la vida, que cambia el horizonte de la vida.

Que este II Encuentro Juvenil Provincial aquí en Cancún, sea ese encuentro que Cristo espera tener con cada uno de ustedes. La Iglesia impulsada por el espíritu santo ha emprendido la grande y santa aventura de la misión continental, por una nueva evangelización para construir la civilización del amor y la cultura de la paz. La iglesia cuenta con ustedes, ustedes son los nuevos constructores de la nueva civilización del amor, ustedes son los nuevos promotores de la nueva cultura de la paz, solo hace falta encontrarse con Cristo y dejarse fascinar por su amistad y por su visión; para eso han venido a este maravilloso Encuentro Juvenil Provincial, es para todos nosotros una gran alegría y un gran privilegio recibirles en nuestra querida Prelatura de Cancún-Chetumal, los abrazamos, los recibimos con alegría y con gozo, muchas gracias por haber venido hasta acá, con todo corazón sean bienvenidos y que disfruten este maravilloso II EJUPRO, ¡encuéntrense con Cristo!, ¡déjense cautivar por él!, ¡anuncien a Jesús con Alegría!

Cancún, Quintana Roo
6 de agosto de 2011

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